Tres muertos en Azuay: según las autoridades de salud pública el rebrote no es una epidemia, pero la gente necesita adoptar medidas preventivas para evitar los contagios propios de una temporada estacional

La gripe AH1N1 €“la popular gripe porcina- recrudeció en el Ecuador en enero. En Azuay también, donde se registraron 5637 pacientes con infecciones respiratorias agudas, de ellos 253 con sospechas de la pandemia. De 96 muestras 11 dieron positivo, con tres fallecimientos.

Ese es el registro, en resumen, de la Dirección Provincial de Salud del Azuay, cuyo titular, Julio Molina Vázquez, considera que el rebrote de la enfermedad que apareció en el país en mayo de 2009, está más o menos dentro de las previsiones, pese al esfuerzo por combatirla.

"Hace 30 días se declaró la alerta sanitaria en la provincia y se activó un plan de contingencia, pues sabemos estadística y epidemiológicamente el aumento de casos de diciembre a marzo y una marcada disminución hasta septiembre", dijo el 26 de enero.

Pero la gente no está tranquila. En los centros de salud y en las áreas de emergencia de los hospitales regionales del Ministerio de Salud y del IESS, en Cuenca, se vio agolparse constantemente en enero a cientos de personas agripadas para examinarse ante el temor de que su dolencia no fuese la gripe común. En la gran mayoría de los casos, se descartó tal afección.

Los tres fallecidos "tienen la constante de recibir atención médica tardía con médicos privados; de los pacientes atendidos en la red del Ministerio de Salud Pública ninguno presenta complicaciones, lo que desvirtúa que la atención en la red tenga un vector de conflicto", dice Molina Vázquez

 

Pero tres muertos por la gripe AH1N1 en enero no son poca cosa. Según el Director de Salud, en los tres casos los pacientes descuidaron la atención médica oportuna. El primero, de apellido Vázquez, de 29 años, oriundo de Chordeleg, murió el 10 de enero; el segundo, Guartatanga, de 55 años, de Cuenca, murió el 13 de enero; y, la tercera, de apellido Yunga, de 25, de Cuenca, murió el 16 de enero. Dos murieron en clínicas privadas y uno en el hospital del IESS, aunque fue inicialmente atendido en forma particular.

Es curioso que los médicos y los familiares de las personas que sufrieron la enfermedad, ocultan los casos como si se tratara de tabúes. También se guarda reserva sobre las clínicas privadas donde se produjeron las bajas. Eso ocurría €“ahora no tanto- con los pacientes del SIDA, acaso al presumir que los allegados a las víctimas podrían estar contagiados y transmitir la enfermedad a los vecinos. En siglos pasados, también pasaba algo similar con los enfermos de lepra.

En los tres casos de muertes gripales en Cuenca, las autoridades de Salud tendieron cercos de control y ningún familiar ha registrado contagio. Además, en todos los pacientes los casos fueron aislados, sin ninguna relación familiar ni geográfica entre ellos.

Estadísticas mundialmente aceptadas dan cuenta de que entre el 10% de la población es susceptible de contraer la gripe AH1N1, de ellos el 10% serían casos clínicos y de éstos, a la vez, el 25% casos mortales. Aplicando la ecuación al Azuay, de 700 mil habitantes, 70 mil personas podrían contagiarse, de ellas 7.000 serían casos clínicos y 1.750 podrían fallecer: los resultados demuestran registros sumamente menores, en 2010 ninguna persona contrajo la enfermedad y en 2011 la incidencia ha sido menor a la del primer año, equivalente a un brote de 1,5 por 100 mil habitantes y mortalidad del 0,41%.

Julio Molina Vázquez, Director Provincial de Salud del Azuay.

La experiencia en el tratamiento, así como las medidas preventivas, incluyendo las vacunas, han cambiado el comportamiento de la enfermedad. El riesgo mayor se presentaba inicialmente en personas mayores de 65 años, pero las campañas de inmunización han permitido que de los casos recientemente registrados, ninguno sea de gente en esa edad, sino entre 20 y 55 años, donde debe concentrarse la prevención de inmediato.

El personero de Salud advierte que la proporción de la enfermedad es aún menor en Cuenca, porque los hospitales regionales del IESS y del Ministerio del ramo atienden en el 40% a pacientes originarios de las provincias de Cañar, Morona y El Oro.

Una controversia apenas trascendida al público se presenta entre autoridades del Ministerio de Salud y personeros de clínicas privadas de Cuenca. Las primeras defienden la acción oficial de prevención y tratamiento cuando se han registrado casos positivos, mientras los particulares aluden a que no se estaría administrando medicamentos apropiados en el sector público.

Los tres fallecidos "tienen la constante de recibir atención médica tardía con médicos privados; de los pacientes atendidos en la red del Ministerio de Salud Pública ninguno presenta complicaciones, lo que desvirtúa que la atención en la red tenga un vector de conflicto", dice Molina Vázquez.

Los medicamentos en existencia en los establecimientos de salud del Ministerio de Salud son efectivos cuando son administrados oportunamente, dentro las primeras 72 horas de aparecidos los síntomas. Después el caso puede ser de gravedad y diagnóstico reservado.

Un ejemplo, el primer caso detectado en Cuenca últimamente: el paciente se hizo ver con un médico privado el 26 de diciembre de 2010; al persistir la dolencia ingresó al hospital del IESS el 3 de enero pasado. El día 9 pasó a cuidados intensivos y murió 12 días después.

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