Dejar pasar el 10 de octubre del 2021 sin ningún análisis de lo que está ocurriendo, es haber dejado pasar inadvertida una situación que es el presente y el futuro de la sociedad; es despreocuparse de lo importante, cerrar los ojos a realidades crueles cuyos efectos los veremos en poco tiempo.

La Constitución de nuestro país manda que el contenido de los derechos se desarrollará de manera progresiva a través de las normas, la jurisprudencia y las políticas públicas; dentro del capítulo de los derechos del buen vivir está el de la salud, cuya realización como no puede ser de otra forma, se vincula en forma estrecha con el ejercicio de casi todos los derechos, y es una obligación del Estado en aplicación del artículo 32, garantizarlo mediante políticas económicas, sociales, culturales, educativas y ambientales; así como el acceso permanente, oportuno y sin exclusión a programas, acciones y servicios de promoción y atención integral de la salud.

Si anotamos que tiene que existir un desarrollo progresivo a través de la jurisprudencia, nuestra Corte Constitucional en la Sentencia No. 904-12-JP/19 es clara en precisar que para el efectivo goce y tutela de este derecho, el Estado debe contar con un número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de salud, así como de programas, personal médico y profesionales capacitados; deben ser accesibles a todos, sin discriminación, no tener trabas y acceder a la información; respecto a la aceptabilidad, este elemento implica ser respetuosos de la ética médica y sensibles a los requisitos del género y el ciclo de vida, su deber ser es mejorar el estado de salud de las personas; y, la atención debe ser apropiada desde el punto de vista científico y médico, ser de buena calidad, lo que implica que se requiere personal médico capacitado, medicamentos y equipo hospitalario científicamente aprobados y en buen estado, agua limpia potable y condiciones sanitarias adecuadas.

El 10 de octubre de cada año, promovido por la Federación Mundial de la Salud Mental con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se conmemora el día de la salud mental. Todos sabemos que cuando se fija un día específico, es para que nos preocupemos de ese tema en particular, asumamos compromisos, movilicemos esfuerzos, revisemos qué se está haciendo y evaluando, cómo está el estado de la cuestión en nuestro país, provincia y cantón, y naturalmente fijar nuevas metas que permitan superar la problemática que estemos pasando.

Interrogantes como: ¿qué está haciendo el Estado en cuanto a la política económica en salud y en programas educativos que lleguen a la población? ¿la atención que se ofrece en todos los organismos que pertenecen a la red de salud pública es de calidad y se la ejecuta con calidez? ¿existe el número de profesionales que se necesitan y cuentan con los recursos materiales que permitan asegurar un acceso efectivo para garantizar este derecho?; ¿se asegura la permanencia, continuación y terminación del tratamiento según lo requiera el paciente?. Muchas interrogantes y respuestas poco alentadoras, el despido de profesionales que se encargaban del área de salud mental fueron en gran número, no visualizamos políticas encaminadas a educar a la población, no existe la debida planificación para sortear esta atención especializada en las nuevas condiciones que le tocó enfrentar a la población que requería estos servicios médicos; no hay brigadas médicas que recorran las zonas más pobres y de mayores carencias materiales que permita diagnosticar las condiciones físicas y mentales en las que se están desenvolviendo.

Dejar pasar el 10 de octubre del 2021 sin ningún análisis de lo que está ocurriendo, es haber dejado pasar inadvertida una situación que es el presente y el futuro de la sociedad; es despreocuparse de lo importante, cerrar los ojos a realidades crueles cuyos efectos los veremos en poco tiempo. El acceso a este derecho se dificultó por la emergencia sanitaria, aumentaron nuevos casos y se agravaron los preexistentes, los pacientes que requerían atención no salían de sus casas, quienes querían hacerlo, encontraban hospitales y centros de salud saturados de pacientes por covid-19; la atención médica en las otras especialidades se interrumpió en forma significativa. Evaluemos y hagamos lo que corresponde, las autoridades tienen la palabra, nosotros todas las acciones que permitan que lo dicho por la constitución, la ley y la jurisprudencia tenga efectiva realización.

 

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