Gladis Torres Ruíz  (IPS/Cimac)

Un reporte forense sobre restos identificados de mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez, revela que la fiscalía del norteño estado mexicano de Chihuahua oculta información a las familias de las víctimas

Marcha de protesta contra la violencia de género en Ciudad Juárez (www.zocalo.com.mx)
En 2004 llegó a Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), para brindar asistencia técnica a las autoridades de Chihuahua en la identificación de restos de mujeres desaparecidas y asesinadas. La iniciativa correspondió a la no gubernamental Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) y de la organización civil Justicia para Nuestras Hijas. Ante la incapacidad o “negligencia” de funcionarios locales para esclarecer el feminicidio en la entidad, la CMDPDH y Justicia para Nuestras Hijas recurrieron al EAAF, reconocida agrupación ciudadana y sin fines de lucro, creada en 1984 para identificar los miles de cadáveres de personas desaparecidas durante la dictadura militar en el país sudamericano. 
 
   El EAAF estuvo seis años en México y realizó un informe detallado de 83 restos de mujeres recuperados entre 1993 y 2005, en Ciudad Juárez, cuya copia tiene Cimacnoticias /IPS. El mismo reporte fue entregado en dos ocasiones a las autoridades de Chihuahua: el 1 de octubre de 2010 a la entonces procuradora de Justicia, Patricia González, y el 11 de diciembre de 2011 a la Fiscalía General del Estado, recordó en entrevista la coordinadora del EAAF, Mercedes Doretti. La antropóloga forense advierte que su equipo “nunca recibió respuesta” por parte de los funcionarios de Chihuahua respecto al informe. Al parecer “no lo han revisado”, insiste la experta. 
 
De una página de UNICEF, en internet
   El reporte del EAAF cobra relevancia en momentos en que las autoridades estadales aseguran que el equipo especial “abandonó” sus investigaciones, y no dejó documentación e información alguna. A lo anterior, se suman las contradicciones en la información que brinda el gobierno de Chihuahua a las familias de las víctimas, sobre el número de restos óseos de mujeres asesinadas en poder de las autoridades. Mercedes Doretti señala que los datos que dan las autoridades sobre el número de restos sin identificar por el EAAF es “incorrecta y nos da la impresión de que no han leído nuestros informes”. Y es que el director de Servicios Periciales de la Fiscalía de Chihuahua, Daniel Jaramillo Vela, ha señalado que de 51 restos óseos en el Servicio Médico Forense (Semefo), 35 son de mujeres no identificadas y que estaban bajo el resguardo del EAAF. Según el reporte del Equipo Argentino, los restos analizados en total fueron 83 y no 35. 
 
   Cuando el EAAF llegó a México fue contratado para trabajar sólo en Ciudad Juárez, pero las autoridades regionales solicitaron que sus labores se extendieran a la ciudad de Chihuahua, la capital del estado del mismo nombre. En mayo de 2005, el equipo forense firmó un contrato con la entonces procuradora estadal, Patricia González, para iniciar trabajos en junio de ese mismo año. Luego de una ardua investigación, el EAAF logró ubicar y recuperar un total de 83 restos femeninos no identificados. 
 
   En su reporte, el equipo especial asienta que algunos de estos restos estaban almacenados en el Semefo de Ciudad Juárez y en el Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicaciones de la ciudad de Chihuahua, más conocido como el C4. Otros cuerpos fueron exhumados de fosas comunes por el EAAF, tras una investigación en libros de panteones y cementerios locales, o recuperados de la osteoteca y la sala de embalsamamiento de la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, y de la antigua sede del Semefo de Juárez. 
 
   Antes de salir del país, en 2010, el EAAF logró identificar 33 restos, 26 de ellos provenientes de Ciudad Juárez y áreas vecinas, y siete de la ciudad de Chihuahua y sus alrededores. Los restos fueron entregados a las familias con todos los dictámenes correspondientes. El EAAF también entregó los dictámenes a las autoridades. Varios de los documentos sobrepasan las 150 fojas, debido a su “complejidad”, explica Doretti. La antropóloga subraya que las autoridades de Chihuahua han generado una “confusión muy grave” entre las familias de las víctimas, a pesar de contar con la información sobre los restos identificados. 
 
   Doretti precisa que del total de 83 restos estudiados por el EAAF, 50 no coincidieron con ninguna de las 75 familias que forman parte de la base de datos que las antropólogas crearon con muestras genéticas de 195 familiares. La experta detalla que al no coincidir con las familias de Chihuahua, el equipo especial consideró que los restos eran de personas de otros estados del país o centroamericanos. El informe del EAAF consta de 17 fojas y en él se precisa que el 1 de noviembre de 2006 se entregó a las autoridades de Chihuahua una base de datos, con perfiles genéticos de los restos analizados y de los familiares de mujeres y niñas desaparecidas que habían donado sangre.

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