Ingenieros, operadores, militares y máquinas abandonaron al medio día de ayer el dique de La Josefina, para dejar el desenlace final en manos de la naturaleza.

 

La última observación sobre el terreno permitió constatar que las filtraciones entre los dos embalses se convierten en riachuelos.

 

La zona de seguridad para las familias evacuadas está sobre la cota de los 2.400 metros, altura en la que se considera no existe peligro por las consecuencias del desfogue.

 

La población civil recibió entrenamiento para desenvolverse con prontitud durante la evacuación masiva cuando se decrete la alerta roja, 72 horas antes de que las aguas retomen el cauce natural del río Paute.

 

Un llamado a los habitantes de Paute, Gualaceo y pueblos menores hizo el jefe militar responsable de los operativos de emergencia, invitándolos a conservar la serenidad en las horas que se avecinan y a acatar las disposiciones para mantener orden y seguridad, mientras se espera el desenlace de la etapa de mayor emergencia.

 

El espejo de aguas del enorme lago llega por el oriente hasta aproximadamente seis kilómetros de Azogues y por el otro extremo a 11 kilómetros de Cuenca. Los habitantes de Challuabamba esperan que el desfogue sea lo antes posible para evitar la inundación creciente sobre cientos de hectáreas cultivadas y de urbanizaciones vacacionales amenazadas.

 

Es inminente que en las próximas horas se decrete la alerta roja, anunció el Jefe de la División Tarqui, Juan Méndez, tras recorrer la zona del desastre.

 

Ayer concluyeron los trabajos del equipo de ingenieros y tractoristas en la zona de Paute. Méndez admitió que “la situación que se vive en el valle afectado por la catástrofe es difícil y mucho depende de las previsiones que se adopten”.

 

Un avión Hércules trajo desde Baltimore, Estados Unidos, 320 carpas donadas por el gobierno estadounidense para instalar refugios para los evacuados de la zona de peligro. El mismo avión hará otro vuelo con un cargamento similar, hoy.

 

Las últimas horas de las máquinas sobre la presa estuvieron dedicadas  a limpiar los derrumbes desde las partes superiores para facilitar el paso del agua por el dique. El equipo total fue de 21 máquinas, de las cuales las últimas siete salieron al medio día para ubicarlas cerca de Paute y Gualaceo, pues pueden ser necesarias en los próximos días.

 

 

 

Jueves 15 de Abril de 1993

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