La hora cero se congeló en la cuenta regresiva del desbordamiento del embalse y es incierto si habrá o no un oleaje violento de desfogue en las próximas horas.

 

La evacuación que comenzó el sábado continuó lenta ayer, pero en la tarde cobró cierta velocidad y los materiales del derrumbe que no pudieron retirarse fueron arrastrados por las aguas.

 

Se pudo advertir cierto movimiento desordenado de las aguas, como su quisieran romper las barreras que le mantienen en el embalse. El agua caía turbulenta al otro lado del río.

 

Para disipar las tensiones de la gente refugiada, los militares autorizaron para que, por grupos, visitaran los domicilios que abandonaron. El Comité de Crisis está en permanente contacto con el equipo de técnicos que le asesoran y es probable que considere volver a la alerta azul en las próximas horas, si se mantiene estable el comportamiento de las aguas y del dique.

 

Al terminar el día el espejo de aguas se encontraba en la cota de 2.360,5 metros sobre el nivel del mar y la inundación continuaba extendiéndose por los valles de los ríos Cuenca y Burgay. Ingresaban 90 metros cúbicos por segundo y salían 20. Hubo pequeños derrumbes limpiados por la fuerza del cauce y a veces por militares que cumplían su tarea atados con cuerdas.

 

 

 

Miércoles 28 de Abril

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