La obra emblemática del Gobierno y del Alcalde Paúl Granda (PAIS), que no imaginó perder en 2013 la reelección, la heredó Marcelo Cabrera, quien denuncia que “la contratación se llevó a cabo de manera irresponsable, afectando los intereses de la ciudad…”, con deficiencias en los estudios básicos,  y acusa a la administración que le precedió de tergiversar la verdad frente al tema. Granda, el anterior Alcalde, asegura que los sobreprecios y demora en terminar la obra obedecen a los cambios en los diseños originales.

Los problemas del tránsito en Cuenca vienen de décadas atrás, por el creciente número de carros en las calles. Cada administración municipal ha tenido sus planes, uno tras otro, pero no han asumido acciones efectivas para ejecutarlos.
 
   El 12 de abril de 1999, en el cabildo por el aniversario de la fundación de Cuenca –para no ir muy lejos- el Alcalde de entonces, Fernando Cordero Cueva, refiriéndose a las obras del gobierno local en cuanto al tema, destacaba la Planificación, Reglamentación y Control directo de los Sistemas de Transporte Público y Privado Urbano y Cantonal, para eliminar el caos, reducir la pérdida de tiempo diario-semanal de los ciudadanos y descontaminar la ciudad. También se refería a una “Donación del BID y del Gobierno del Japón por 750 mil dólares para los Estudios del Plan de Transporte Urbano de Cuenca”. De su gestión (1996-2005) han quedado los primeros pasos a desnivel junto al puente de Todos Santos y en el sector de la Chola Cuencana.
 
    En marzo de 2004, en la segunda administración de Cordero Cueva, salió a luz el Plan Estratégico Cuenca 2020, con 32  proyectos elaborados con participación interinstitucional sobre diversos temas del desarrollo cantonal. El Plan Integral de Tránsito y Transporte era el número 17 y su primer objetivo señalaba “Mejorar el transporte público modernizando las operadoras”.
 
   Durante la primera Alcaldía de Marcelo Cabrera Palacios (2005-2009) la conflictividad del tránsito se mantuvo en las condiciones que recibió del antecesor. Pero llegó a la Alcaldía Paúl Granda López en 2009 tras una campaña en la que el Tranvía era el proyecto estrella, con apoyo irrestricto del Gobierno del Presidente Correa, y el proyecto avanza con demoras y tropiezos.
   
   El 7 de febrero de 2013 arrancó la obra del tranvía, con la adquisición de un área de terreno de SENPLADES al sur occidente de la ciudad (avenida México) para iniciar la construcción del Patio Taller. Un documento municipal de abril de ese año, apuntaba: “Los estudios del SIT (Sistema Integrado de Transporte) promovidos por la Municipalidad de Cuenca iniciaron en 1999, luego, en el 2010, a través de una donación del gobierno francés se actualizaron y concluyeron en la factibilidad de la construcción de la primera línea del Tranvía. En el 2011, el Gobierno Nacional, a través del Instituto Nacional de Preinversión, INP, financió los estudios complementarios y de ingeniería básica”.
 
   El mismo documento, con la foto del Alcalde Paúl Granda junto al Presidente Correa, señalaba: “En la sabatina 271, el Presidente de la República, Rafael Correa, anunció su total apoyo para la implementación del Tranvía de los Cuatro Ríos, porque será una contribución al medio ambiente, a la transportación y a la belleza de Cuenca”. Textualmente, el Presidente dijo: “Vamos a hacer un Tranvía totalmente eléctrico en Cuenca. Va a quedar aún más bella la Atenas del Ecuador. Hay tecnología francesa, china, y estamos viendo la mejor propuesta técnica, financiera y económica”.
 
   El costo de la obra, para ejecutarse en 26 meses, era de 232 millones de dólares, de los cuales 181 con aporte del gobierno y 51 de la Municipalidad de Cuenca, para devolverlos “a partir del último trimestre de 2018, en condiciones  favorables: el cero por ciento de interés y 10 años plazo. Dicho rubro no será cobrado a los cuencanos por ningún concepto”.
 
El Vicepresidente Jorge Glas, al inspeccionar en julio de 2015 las obras del tranvía ofreció el apoyo total del gobierno, hasta la terminación.  A la derecha  un frente de trabajo en la calle Gran Colombia.
 
   El 18 de septiembre de 2013 el Alcalde y técnicos de las empresas contratistas dieron un taller para periodistas en el Hotel El Dorado. En resumen: los 475 buses del transporte masivo de entonces (800 pasajeros diarios de ocupación cada uno, para un total de 410 mil diarios) se reducirán a 14 vagones de 32,5 metros de largo para 300 pasajeros cada uno, en 20 kilómetros de recorrido del Control Sur a las proximidades del Parque Industrial. El costo del pasaje será de 25 centavos y las conexiones del tranvía sería con buses hacia otros destinos. Cada tranvía llevaría un número de pasajeros equivalente a cuatro buses o a 200 automóviles.
 
El tranvía, con un vehículo de tecnología del pasado, en la campaña publicitada cuando Paúl Granda era candidato a la Alcaldía en 2008.
   La Directora Financiera municipal, Patricia Cordero, aseguró a los periodistas que la rentabilidad del proyecto estaba asegurada: al inicio de la operación los ingresos serían de 7.1 millones de dólares y los costos de operación 5.6 millones; en 2020 los ingresos 8.54 millones y la operación 7.93 millones. En 2030 los ingresos llegarían a 12.34 millones y los gastos de operación a 11.54 millones, más los ingresos por publicidad.
 
   En el taller se ponderó los beneficios del proyecto, considerado pionero en América Latina, igual a los que ejecutaban Medellín y Río de Janeiro y unos diez más previstos en Brasil. “En corto tiempo la Municipalidad de Cuenca será solicitada para asesorar, con sus técnicos, proyectos similares que se extenderán por decenas de urbes latinoamericanas”, dijo el Alcalde Paúl Granda.
 
   El Tranvía 4 Ríos debió operar en 2015, pero las obras sufren un retraso marcado y se prolongarán hasta mediados de 2017. Cuenca ha tenido que soportar gravísimas molestias por el cierre de vías con los frentes de trabajo, pérdidas por la paralización de actividades comerciales y, lo peor y masivo: las complicaciones del tráfico en toda la ciudad.
 
   A finales de 2013 y comienzos de 2014 la Municipalidad exhibió un tranvía montado sobre rieles junto a la plaza El Otorongo, para socializar la obra. Eran tiempos preelectorales, cuando el Alcalde Paúl Granda aspiraba a ser reelegido, pero perdió en las urnas el 23 de febrero de 2014 y al Alcalde actual, Marcelo Cabrera, le correspondió continuar la obra cuyo avance era del 2%, con movimientos de tierra por diversas calles, pero sin un plan claro de trabajo, provocando comentarios adversos de la autoridad electa.
 
   Cuando han pasado dos años y cinco meses de gestión del Alcalde Cabrera, el proyecto Tranvía es su mayor preocupación, con incertidumbres a futuro inmediato, porque el Gobierno que inicialmente apoyó la obra, ahora le ha dejado suelto al Alcalde frente a sobreprecios de 35 millones de dólares, supuestamente por haberse alterado los diseños originales que, además, han extendido los plazos de terminación.
 
   El ex Alcalde Paúl Granda, que en septiembre regresó de España, donde tenía un cargo del Gobierno ecuatoriano, dice que de no haberse alterado los diseños el tranvía estaría en operación, como él lo había previsto, sin ampliación de plazos ni incremento de costos. Mientras tanto, la administración de Marcelo Cabrera, que ha denunciado incorrecciones en los estudios preliminares, en la contratación de las empresas ejecutoras y en materia de seguros y garantías por incumplimientos, se encuentra frente a una situación difícil para continuar y concluir la obra.
 
Granda, una vez concretado el proyecto, exhibe un modelo de tranvía pintado con el color emblemático de Alianza País.
   El 18 de julio de 2015 el Vicepresidente Jorge Glas con varios ministros inspeccionó la obra y reiteró el apoyo del Gobierno. El Alcalde Cabrera, en respuesta, con mucho optimismo, le agradeció públicamente con una expresiva frase popular: “si así llueve, que no escampe…”.
 
   Pero, al momento, la crisis de la obra arrecia como una torrencial tormenta. Y la resignación y paciencia del pueblo está en niveles extremos, pese a que, al parecer, las más graves de las molestias ya habrían pasado y empieza a reabrirse el tránsito por algunas calles del centro histórico.
 
   En los próximos meses, coincidentes con la campaña electoral de 2017, el proyecto Tranvía 4 Ríos podría involucrarse en situaciones aún más críticas que deberá sortearlas el Alcalde Cabrera, quien se estrenó con discrepancias con el Gobierno, las logró atenuar en aras del “servicio a la ciudad”, pero otra vez han llegado a niveles de tensión por esta obra emblemática de su antecesor, Paúl Granda, que la heredó como una pesada carga para su gestión.
   
 

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