Aquello de que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, lo dijo Heráclito hace 2500 años, para referirse a la impermanencia de la vida y del universo.  
 
Sombra humana sumergida en el cauce del río Tomebamba (Julián Matadero), simbólico nombre de uno de los premios de la Bienal.
   Del viejo filósofo griego no se han acordado los discursos oficiales ni las obras de los artistas
Otra sombra, movediza, fugaz y pasajera, en el follaje a orillas del río.
internacionales de la XIII Bienal de Cuenca, cuyo título de IMPERMANENCIA invitaba a “repensar en el carácter inestable y volátil de las prácticas artísticas contemporáneas y en el carácter transitorio y fugaz de la condición humana…”, según un documento oficial de la Fundación Bienal.
 
   Las fotos de estas páginas reflexionan sobre el tema propuesto: el ser humano es efímero como su sombra movediza proyectada por el sol en el paisaje o en el cauce donde nadie se baña una, peor dos veces, en el mismo río. 
 
   El autor, de seudónimo Julián Matadero, renunció a participar, evitando la tentación de glorias pasajeras, propias de la mutación del arte en una sociedad materialista… Irónicamente, las fotografías difundidas al mundo globalizado a través de los celulares, dan permanencia a la impermanencia.
 

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