La prensa nacional e internacional destacó la intervención de allanamiento a los locales de la organización del magisterio

El Ministerio de Educación decretó la disolución de la Unión Nacional de Educadores (UNE) por incumplir procedimientos de orden administrativo obligatorios para todas las organizaciones sociales del Ecuador

l nuevo período escolar de primaria y secundaria de la Sierra del Ecuador, se abre este mes en medio de una crisis que confronta al magisterio y al Gobierno Nacional. El Ministerio de Educación notificó a la Unión Nacional de Educadores (UNE) la disolución de este gremio sindical y en la madrugada del 29 de agosto fueron allanados sus locales de Quito y Guayaquil, decomisándose documentos y computadoras.
 
   La UNE fue fundada el 4 de agosto de 1944, tres meses después del movimiento político conocido como La Gloriosa, que proclamó a José María Velasco Ibarra  Presidente del Ecuador, tras derrocarlo a Carlos Alberto Arroyo del Río. El gremio sustituyó al Sindicato Nacional de Educadores Ecuatorianos creado en 1937 y una de cuyas destacadas actuaciones fue la defensa de los colegios Normales en 1939, que estaban amenazados de desaparecer.
 
   El 4 de agosto pasado la UNE conmemoró los 72 años de su fundación, con la participación de centenares de maestros del país que ratificaron la decisión de defender la organización gremial sobre la que ya se preveían síntomas de intervención gubernamental.
 
   Una resolución del Subsecretario del Ministerio de Educación, había dado plazo hasta el 10 de agosto para que la dirigencia de la UNE presentara documentaciones que, en cumplimiento de normas legales, debían ser entregadas para legalizar la vigencia de la organización docente. Se citaba el artículo 22, numeral 7, del Reglamento del Sistema Unificado de Información de las Organizaciones Sociales”, por “incumplir las obligaciones previstas en la Constitución, la Ley y este Reglamento e incurrir en las prohibiciones aquí establecidas”. La dirigencia de la UNE reclama y protesta porque no se respetó el debido proceso ni se dio oportunidades para la defensa.
 
   En la madrugada del 29 de agosto la fuerza pública violentó las puertas de acceso a las sedes de la UNE en Guayaquil y Quito y tras el decomiso de documentos y equipos de computación por autoridades policiales, se impidió el acceso de los directivos a los locales.
 
   
La sede de la UNE del Azuay luce con pancartas en el frontis y banderas rojas que identifican al Movimiento Unidad Popular que reemplazó al combativo MPD.
 
La UNE del Azuay se declaró en vigilia permanente de su sede, ubicada en la plazoleta de las monjas de La Asunción, en las calles Borrero y Córdova, y hasta el cierre de esta edición el último día de agosto, se vio el local con las puertas cerradas y en el frontis pancartas y banderas de la UNE, así como del Movimiento Unidad Popular, que sucedió al Movimiento Popular Democrático, extinguido por no ajustarse a regulaciones legales relacionadas con la vida de las organizaciones políticas.
 
   La UNE y el Movimiento Popular Democrático, con el que se identificaron los dirigentes nacionales y de varias provincias del país, así como un amplio sector del magisterio, tuvieron consonancia con el actual Gobierno  al inicio de su gestión en 2007, pero gradualmente fueron acrecentándose las diferencias y el Presidente Correa logró dividir la poderosa fuerza del profesorado y obligar a los dirigentes de la agremiación a someterse a controles para que cumplan su trabajo que les correspondía en la Educación.
 
   La fuerza política que tenía la UNE quedó debilitada bajo la presión oficial de los últimos años. Antes del gobierno del Presidente Correa era una constante que cada año escolar se iniciara con paros y huelgas del magisterio, bajo el slogan de que “Luchando también se está educando”. También eran frecuentes las movilizaciones callejeras y la suspensión docente con la participación de estudiantes secundarios y universitarios que, también, fueron puestos bajo disciplina con severas acciones gubernamentales para sancionar a quienes quebrantaran el orden público. Hace mucho que ya no se escucha en las calles de las ciudades ecuatorianas el grito estudiantil que resonaba con violencia, en medio de gases lacrimógenos: Luchar y Estudiar, por la Revolución…
 
   Lo último que faltaba era la disolución de la UNE, último reducto del MPD, medida que según los dirigentes gremiales y la opinión pública generalizada, no podrá ser sino pasajera, durante el actual gobierno, pues lo que haría el sucesor presidencial surgido de las elecciones de febrero de 2017 –así fuese de la continuidad del actual gobierno- sería restituir la vigencia jurídica de esta agrupación que, más bien, resultaría al final fortalecida.
 
   De alguna manera, podría repetirse lo ocurrido en 1977, cuando la dictadura militar intervino en la UNE, persiguiendo a sus dirigentes y debilitando a la organización, que recuperó energías a partir del retorno al orden democrático en 1979, cuando fueron reabiertos establecimientos educativos clausurados y volvieron al magisterio profesores suspendidos.
 
   Durante las siete décadas de trayectoria la Unión Nacional de Educadores no ha dejado de tener activa participación en la vida nacional, participando en forma combativa en defensa del magisterio, de los principios sociales identificados con la justicia y el bienestar para los ecuatorianos. 
 
   La drástica intervención del Gobierno se suma a otras acciones oficiales que, en varias instituciones e instancias de la vida nacional, perdieron fuerza, sometidas a cumplir sin contemplaciones las regulaciones previstas en la Constitución y las leyes. 

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