El alcalde ha constituido una comisión encargada de estudiar sobre la pertenencia y destino de la joya cultural y de arte que se creyó perdida

El trofeo auténtico de la coronación, recien recuperado

¿Hasta cuándo permanecerá guardada bajo rigurosa custodia policial la corona del poeta Remigio Crespo Toral recuperada de una bóveda de seguridad bancaria el 13 de agosto pasado? El tema, que alcanzó ribetes de curiosidad nacional el mes pasado, no ha superado las características de un enigma.

   Sobre la joya de oro se ciernen incertidumbres acerca de patrimonio de quién es: ¿de la comunidad religiosa dominicana, que tenía depositada la corona en un banco, junto con sus reliquias religiosas? ¿O es de Cuenca, ciudad que promovió el homenaje nacional de la coronación del poeta en 1917? Hasta el momento, de lo que se conoce, no se dispone de documentos o certificaciones que lleven a conclusiones definitivas.

   El Alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, anunció que se trata de un bien de la ciudad y que debería pasar a propiedad y custodia del Museo Municipal que lleva el nombre del poeta cuencano, pero al pasar de los días y las semanas, el tema ha silenciado, pues tampoco la Fiscalía, que hizo el allanamiento  el 13 de agosto, para recuperar el bien, ha superado la etapa de “indagación previa”.

   En todo caso, el tema de la corona que en 2014 se denunció sustraída del museo Crespo Toral, algo se ha esclarecido. La corona perdida no habría sido la única del poeta, pues no podía estar al mismo tiempo en el museo y en otro sitio bajo custodia de los dominicanos. Lo importante hasta ahora es que la pieza valiosa, de oro, no está desaparecida, mientras continúan las investigaciones destinadas a localizar la que se extravió del museo.

   Pero hay también otros enigmas, empezando por el de la segunda corona: ¿Quién le ofreció al poeta? ¿Fueron damas cuencanas residentes en Quito o damas chilenas que le homenajearon al  personaje en gratitud por su gestión diplomática a favor de ese país? Éstas y otras no son sino hipótesis.

 

Según el ángulo con el que se capte las imágenes, la corona parecería diferente.

   Aún más, las fotos de la época, que muestran a Remigio Crespo Toral luciendo la corona de laureles de oro, parecen crear dudas que provendrían del ángulo desde el cual se habría hecho las fotografías. Las características del trofeo son tan diferentes entre diversas fotos, que hay para dudar si se tratase de la misma corona. En algunas hasta el rostro del personaje parece distinto.

   La que acaba de ser rescatada con el allanamiento de Fiscalía, parece ser más delicada, de hojas de laurel más finas que las que muestran otras fotografías. Tiene, además, el testimonio de los nombres de personas e instituciones donantes de cada una de las 34 hojas de oro.

   Hasta se ha puesto en dudas la autoría de la corona. El historiador Juan Cordero afirma que no sería obra del orfebre Ariolfo Vásquez Ortega, pero Agustín Cuesta Vintimilla, que publicó en 1917 una crónica extensa sobre la coronación, en el periódico El Progreso, dijo al respecto: “No terminaremos esta breve reseña sin felicitar calurosamente a los distinguidos aurifabristas autores de los preciosos objetos de oro enviados al Poeta, en especial al joven artista Don Ariolfo Vázquez, por la factura de la corona y de la gran medalla obsequiada por esta Municipalidad”.

   En forma inesperada, el tema de la corona del poeta cobró actualidad e interés a partir de mayo del presente año, cuando la revista AVANCE publicó documentos que daban cuenta de que ese bien patrimonial, que se creyó sustraído del museo, estaba desde mucho tiempo atrás en custodio de los dominicanos, lo que se confirmó en el mes de agosto con la intervención de la Fiscalía. Por lo tanto, la corona cuya desaparición se denunció por la Municipalidad, es otra, pero también de valor patrimonial y sigue siendo motivo de búsqueda.

   Para determinar el destino futuro de la pieza recuperada de la bóveda bancaria, el Alcalde de Cuenca ha designado una comisión encargada de cumplir los trámites, investigaciones y diálogos que sean menester. La integran el arzobispo Luis Cabrera, el Cronista de la Ciudad Eliécer Cárdenas y la historiadora Ana Luz Borrero, cuyo trabajo al parecer aún no ha iniciado, a la espera de que sea el Alcalde de la ciudad quien los convoque para una primera reunión.

   Una información que al parecer provendría de la comunidad dominicana, parecería ser un pronunciamiento en el sentido de que esa comunidad nada tiene que ver con la corona que se la denunció sustraída, como para dar a entender que la que estuvo bajo su custodia nunca fue motivo de dudas.

   La coronación, un acontecimiento de trascendencia cultural y social sin precedentes hace 98 años, fue resultado de una concertación nacional para rendir homenaje al poeta, aureolado con un prestigio reconocido por sectores culturales, religiosos y políticos del país. Los escritores y poetas más notables de entonces, resaltaron el hecho y cantaron al distinguido personaje en tonos irrepetibles comprensibles para la época.

   A modo de muestra, bien vale, en un cierre del capítulo periodístico  de este medio de comunicación, sobre la corona y la coronación, evocar a algunos poetas que rindieron culto a Remigio Crespo con versos acaso desmedidos a juzgar con perspectivas de los presentes tiempos.

 

POETA: la corona merecida
que ceñirá tu frente pensadora,
será una eterna y apacible aurora,
sobre una cumbre azul llena de vida.

La Patria justiciera y convencida
de tu bella labor, exalta ahora
con un laurel, la rosa triunfadora
de tu profunda inspiración sentida…

Carlos A. Arroyo del Río

 

Númen excelso y mente soberana:
cristal maravilloso que sondea
el cosmos infinito de la idea,
y la verdad con lo sublime hermana…

¡Y si yergue la frente con la gloria,
la inclina ante la Patria, y la levanta
con el lauro inmortal de la victoria!  

                                          Manuel M. Ortiz

 

Es el final de tu odisea santa:
se rinde ante tu prez la muchedumbre,
y es tu cetro la lira del que canta
en la meta triunfal: sobre la cumbre…   
                         Remigio Tamariz Crespo

 

Caballero en corcel de piel dorada,
que treme bajo el espolín de acero;
ya es Jorge el paladín que al dragón fiero rinde y salva a la virgen acosada.

Su espada el verbo, su corcel el verso,
el ritmo espuela, lucha con bravura,
vence con gloria, en el sublime esfuerzo…   
                                         Ernesto López

 

¡Silencio! El bardo ya llegó a la cumbre,
puras las manos, blanca la cabeza,
ya su laúd a resonar empieza
en las regiones de la eterna lumbre…
                                                     L. F. Borja

 

De un lado al otro confín, estremecida,
la Patria eleva al cielo sus hosannas;
y cubierta con áureas y galanas
vestiduras, se yergue conmovida…

Y volviéndose a ti, con cariñosa
y tiernísima voz, dice orgullosa:
¡Ven a mí el hijo, grande entre los grandes!.
                                           Cesáreo Carrera

 

Desde la ebúrnea torre donde, como el latino
Artífice, cincelo mi verso diamantino,
-miel para la famélica jauría-
pongo mi lira acorde al melodioso coro
de los címbalos rítmicos y las trompetas de oro
Rey de la Clásica Harmonía.
                                    Medardo Ángel Silva

 

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