Diversos instrumentos musicales, vestuario colorido, voces corales y canciones populares del concierto internacional, se juntaron para estrenar el 14 de junio pasado la Tuna de la Universidad del Azuay

Sebastián Guzmán (Derecho); Pedro Vergara (Ingeniería Civil); Renato Molina (Psicología); Daniel Abad (Derecho); Roberto Zamora (Dirección Construcciones); José Chalco (Decano ); Bolívar Sarmiento (Dirección Musical); David Guayas (Ingeniería Civil); Carlos Freire (Exprofesor);Mateo Sarmiento (Estudios Internacionales); Nadia Luzuriaga (Medicina); Jorge Meneses (Derecho); Eduardo Palacios (Derecho); Cristian Luzuriaga (Derecho); Sebastián Ávila (Ingeniería Civil).

El año del cincuentenario es oportunidad para que el plantel superior desarrolle actividades que promocionen la vida presente y recuperen el pasado: las Tunas, originarias de España de los siglos XV y XVI, eran agrupaciones musicales de estudiantes picarescos que actuaban en sitios públicos obteniendo recompensas para financiar sus cursos universitarios.

José Chalco Quezada, Decano de Jurisprudencia, promovió la agrupación: en octubre de 2017 convocó a estudiantes, profesores, personal administrativo, ex profesores y ex alumnos aficionados, para organizar el conjunto de tunantes. La dirección quedó a cargo de Bolívar Sarmiento, ingeniero comercial graduado en la UDA, pero cuya trayectoria fue por la música dentro y fuera del país y, la coordinación, con el Decano Chalco que alterna las tareas académicas con el son del acordeón, su instrumento favorito.

El Rector de la UDA, Francisco Salgado, tomó en serio la propuesta artística a la que ofreció todo el apoyo, empezando por importar desde España los laúdes, las bandurrias, las guitarras, panderetas y más instrumentos de la afamada marca Alambra,  para el grupo inicial de quince integrantes y una sola mujer, Nadia Luzuriaga, alumna de Medicina, experta en la guitarra.

Los “Hnos. Chalco”: José (acordeón); Saúl (guitarra); Alejo (batería); Eduardo (güiro), en una presentación infantil.

El estreno fue un éxito, ante el público que llenó  el auditorio principal de la Universidad del Azuay, presidido por sus autoridades. José Chalco, estaba feliz y satisfecho, arrancándole los más sentidos tonos musicales a su acordeón. No es un improvisado en organizar conjuntos musicales: en la escuela de los Hermanos Cristianos, en los cincuenta del pasado siglo, niño de ocho años, ya recibió aplausos presentándose con Alejandro y Saúl en eventos escolares en los que eran sensación los Hermanos Chalco.

Nunca fue al conservatorio ni hizo estudios musicales, pero vino al mundo con vocación de artista, estimulado por el padre, Alejandro, que le compró un acordeón al que arrancó melodías tecleándolo con sus manos diminutas en espontáneo aprendizaje. ¡Qué pesado el aparato entonces, si aun hoy cuesta colgarlo al pecho!

En la secundaria, en el Técnico Salesiano, organizó el conjunto musical del plantel, Los Géminis, y recuerda que a los hermanos Chalco se sumaron Guillermo Ramos y Francisco Montaleza. Fue por los años 60.

Cuando cursó estudios de Jurisprudencia, José –más conocido por Pepe-, continuó la trayectoria musical en un grupo entre cuyos miembros estaban con él Eugenio Torres, Xavier Peña y José Orellana Calle, este último, con estudios en el Conservatorio y más tarde, además de Presidente de la Corte de Justicia, director del conjunto musical del Colegio de Abogados del Azuay.

Ole, olé, olé...

José Chalco fue funcionario judicial y llegó a Juez de la Corte, alternando con la docencia en la Facultad universitaria de Jurisprudencia y, sobre todo, con la actividad musical que le ha dado las mayores satisfacciones personales y le sirve de vínculo de relación familiar, institucional y social.

En la conversación Pepe recuerda otros grupos de los que casi ha olvidado: mientras estudiaba Derecho, dictó clases en el colegio de las religiosas Marianitas y organizó un conjunto femenino de música folclórica y moderna. En 2006 formó el grupo Concerto, con aficionados vinculados a la Universidad del Azuay: Ricardo Nieves, Hernando Illescas, Matías Hickel y Roberto Zamora tocan diversos instrumentos en los que destaca el acordeón del maestro Chalco.

Con experiencia acumulada, Pepe propuso al Rector de la UDA, Francisco Salgado, formar el grupo que rescate la secular tradición de las tunas como lo vienen haciendo varias universidades iberoamericanas: y la cosa salió y con pie derecho…

Pepe Chalco con su instrumento favorito.

Para la primera presentación fue importante el apoyo de la Facultad de Diseño, Arquitectura y Arte, con la escenografía. Los integrantes salieron al escenario con los atuendos de la antigua época en la que aparecieron las tunas en España: la capa, el jubón, chaqueta ceñida al busto;  la camisa, calzas, bombachas, zapatos o botas; los pantalones bombachos, cortos y anchos, ceñidos en la parte inferior, hasta las rodillas cubiertas por medias altas; y, la beca, insignia de identificación del grupo de la UDA, colgando del cuello. Algunas piezas populares estuvieron animadas con baile de banderas y la actuación de danzantes y el panderetero.

Tres horas por semana, divididas en dos jornadas, son de los ensayos. El grupo dispone de un aula que se le ha asignado exclusivamente para sus tareas y donde quedan a buen recaudo  el vestuario, los muebles y los instrumentos musicales, que –excepto el acordeón propio que Pepe lleva siempre- son bienes que pertenecen a la UDA. Pero ya no es el acordeón de la infancia, sino uno más grande, completo y moderno.

El vistoso conjunto musical prepara las presentaciones con las que participará en los programas conmemorativos de los cincuenta años de la fundación de la Universidad del Azuay, en el mes de octubre, en una temporada de cultura y arte que sea un acontecimiento en la vida de Cuenca.

Las autoridades universitarias y el público aplauden al conjunto musical que se estrena.

 

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