Quienes desfilan lo hacen por auténtica vocación artística, evidenciada su talento para el baile, el canto, la actuación, u otro tipo de arte escénico. Con dinero reunido estas personas adquieren juguetes tales como patitos de hule, peluches miniatura y otras novedades pero, sobre todo, collares de cuentas de colores, lanzados a los espectadores como un ofrecimiento de alegría pero, también, como símbolo de abundancia con los mejores deseos de disfrute de la vida

Más que sobre la celebración del Carnaval como tal en New Orleans, este artículo es sobre la preparación de once meses que la precede. En tal ciudad, esta fiesta se conoce con el nombre francés de ‘Mardi Gras’, que literalmente significa ‘martes gordo’; el nombre francés se debe a la herencia cultural francesa fuerte que tiene la ciudad y, por su parte, el nombre se refiere a la fiesta del martes previo al inicio de la Cuaresma; en dicho  martes, la tradición de antaño era comer sin límites para acompañar bailes y demás expresiones de alegría.

La historia de esta fiesta en New Orleans se remonta al siglo XVII, cuando un explorador franco-canadiense llamado Jean Baptiste Le Moyne, llegó a este asentamiento y decidió designarlo como el punto de celebración de la fiesta Mardi Gras, que había calado ya fuerte en ese entonces en la Casa de los Borbones vía influencia italiana. Ahora, viajemos al año 1946, cuando un artista llamado Blaine Kern, construyó por encargo unos pocos carros alegóricos, arte que había aprendido y perfeccionado en Europa; con el paso de los años, hizo carros alegóricos no solamente para el Carnaval de New Orleans sino para variados desfiles tradicionales de otras ciudades estadounidenses.

Hoy, sin importar en qué época se visite New Orleans, se puede admirar el legado de Kern en un taller llamado ‘Mardi Gras World’, que ocupa casi 28.000 metros cuadrados; la inmensidad de este espacio se debe a que el taller alberga inmensos ‘’tráilers’’ y los gigantescos personajes que, llegada la fiesta, saldrán a las calles instalados sobre el remolque de dichos vehículos. Los materiales base de los personajes son el papel maché, la fibra de vidrio y el yeso y se puede ver trabajando a artistas locales en la construcción de estos inmensos muñecos.

Desde el viernes previo al martes de Carnaval, hay varios desfiles en honor a diversos dioses de las fiestas medievales carnavaleras y el martes culmina con el desfile más grande en honor a los dioses griegos Endimión y Baco. Ahora bien, para ir a las fiestas de Carnaval en New Orleans, la gente reserva sus habitaciones de hotel con un año de anterioridad y todos los hoteles suelen estar ya totalmente reservados en cuestión de seis meses; por su parte, el taller ‘Mardi Gras World’ a lo largo del año recibe grupos de turistas cada media hora. Con un poco de imaginación, basta ver los tamaños colosales y la perfección de los personajes que reposan en el taller para imaginarse lo espectacular que debe ser asistir a la fiesta como tal.

Artesana elaborando las esculturas de los carros alegoricos

Quienes deseen disfrazarse para desfilar en los tráilers, reservan su espacio con meses de anticipación y deben cancelar una cuota que varía entre los 1.500 y 3.000 dólares, dependiendo del tema del carro alegórico; en ‘Mardi Gras World’, se aprende que los aficionados a desfilar logran reunir el dinero durante meses, ya sea solicitando colaboraciones entre familiares y amistades, o haciendo presentaciones informales sobre sus talentos a fin de recaudar dinero del público. Es decir, quienes desfilan lo hacen por auténtica vocación artística, evidenciada en su talento para el baile, el canto, la actuación, u otro tipo de arte escénico. Con el dinero reunido, estas personas adquieren juguetes tales como patitos de hule, peluches miniatura y otras novedades pero, sobre todo, collares de cuentas de colores, los que son lanzados a los espectadores. Los objetos se lanzan como un ofrecimiento de alegría a la gente pero, también, como símbolo de abundancia con los mejores deseos de disfrute de la vida.

Además de los colosos personajes presentes en ‘Mardi Gras World’, los visitantes podemos ponernos los vestidos más suntuosos que ‘Mardi Gras World’ tiene disponibles para el alquiler; los más populares son el de rey y reina de Carnaval. Entre los objetos más vendidos, están las tradicionales máscaras hechas por artesanos locales a base de plumas tanto naturales como teñidas de los más diversos colores.

Cada año, los carros alegóricos cambian de tema y se reinventan gracias a la creatividad sin límite de los grupos de artistas encargados de plasmar un mensaje a través de sus creaciones con contenido social; no es de extrañar pues que esta gente trabaje año corrido y no sólo para producir personajes que desfilan en el Carnaval de la ciudad, sino en desfiles típicos de Singapur, Japón, Corea y París.

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