Nueve ciudadanos llegaron por elección a la Presidencia y cinco accedieron por circunstancias especiales, como Fabián Alarcón, sin ser Vicepresidente. Rosalía Arteaga, primera mujer en la Presidencia, “gobernó” menos de una semana. Rafael Correa en forma seguida 10 años, cuatro meses y nueve días, apenas menos que Velasco Ibarra que gobernó 12 años, 10 meses y tres días en cinco oportunidades, menos de 10 años como Presidente Constitucional

El 16 de julio de 1978 –cuatro décadas atrás- fueron las elecciones presidenciales de primera vuelta, con las que se consolidó el retorno al orden democrático del Ecuador, después de las dictaduras de Velasco Ibarra y de los militares entre 1972 y 1979. Roldós, candidato de Concentración de Fuerzas Populares (CFP), pasó a segunda vuelta con Sixto Durán Ballén (Frente de Reconstrucción Nacional)), en abril de 1979.

   El triunvirato militar de Alfredo Poveda Burbano, Guillermo Durán Arcentales y Luis Leoro Franco, inició en 1978 el largo, sospechoso y complicado proceso de devolver al pueblo la democracia rota el 22 de junio de 1970 por Velasco Ibarra, a quién derrocó el general Guillermo Rodríguez Lara en 1972, para gobernar hasta el 12 de enero de 1976, cuando presionado por los mandos militares cedió el poder al triunvirato del Ejército, la Marina y la Aviación.

   Fue anecdótico el golpe contra Rodríguez Lara, que debió ser el 1 de enero, pero se aplazó hasta el 12, porque la víspera era la fiesta matrimonial de su hija en el Palacio de Carondelet. El jefe del “Gobierno Nacionalista y Revolucionario” tras  entregar el mando el 12 de enero, fue a Pujilí, su lugar nativo, donde le recibieron con aplausos los pobladores, y una banda a cuya música bailó ritmos populares. Este 2018 Rodríguez cumple un siglo de vida.

El retorno a la democracia, propuesto por los triunviros, fue complicado y varias veces estuvo a punto del fracaso. En la primera vuelta electoral del 16 de julio de 1978 fueron candidatos Jaime Roldós (CFP), Sixto Durán (Frente de Reconstrucción Nacional)), René Maugé (FADI), Rodrigo Borja (ID), Abdón Calderón Muñoz (FRA) y Raúl Clemente Huerta (PL).

El líder de CFP, Abdalá Bucaram, tenía amplia acogida popular y no pudo terciar en la contienda por no ser hijo de padres ecuatorianos, pretexto que asumió la dictadura para impedirle que llegara a gobernar el país.

En 1978 la Unión de Periodistas del Azuay (UPA) promovió el ciclo La Toma del Poder, con dirigentes de partidos, candidatos presidenciales y a dignidades legislativas, como aporte al retorno constitucional. Aparecen Julio César Trujillo, dirigente nacional de Democracia Cristiana, Osvaldo Hurtado Larrea y Jaime Roldós Aguilera, binomio que ganó las elecciones. Al extremo derecho, el Presidente de la UPA, Rolando Tello Espinoza.

Roldós y Durán Ballén, finalistas para segunda vuelta, libraron reñida disputa en el escrutinio a cargo de un tribunal adverso al candidato cefepista. El 29 de abril de 1979 –nueve meses después de la primera vuelta- fue la segunda, en la que se impuso en forma contundente el binomio Roldós Hurtado. También esta vuelta estuvo al filo del fracaso, luego que en noviembre de 1978 fue asesinado Abdón Calderón Muñoz, candidato presidencial de la primera vuelta, quien por sus denuncias contra la dictadura fue llamado Fiscal del Pueblo. Bolívar Jarrín Cahueñas, general y Ministro de Gobierno del triunvirato, estuvo involucrado en el crimen.
El 10 de agosto de 1979 asumió la Presidencia Jaime Roldós Aguilera, de 39 años, tras derrotar al derechista Sixto Durán Ballén, en segunda vuelta: fueron 1 025 140 votos frente a 471 657. Por primera vez un candidato presidencial rebasó el millón de sufragios. En la última elección anterior, en 1968, José María Velasco Ibarra llegó con 280 316 votos a la Presidencia, frente a 264 266 de Andrés F. Córdova.

Los últimos candidatos azuayos conservadores a diputados azuayos en 1978, todos ya fallecidos: Severo Espinoza, Teodoro Ordóñez, Daniel Toral Vélez y Eduardo Cornejo.

Nueve Presidentes surgieron de las urnas en las casi cuatro décadas: Roldós (1979), León Febres Cordero (1984), Rodrigo Borja (1988), Sixto Durán (1992), Abdalá Bucaram (1996), Jamil Mahuad (1998), Lucio Gutiérrez (2003), Rafael Correa (2007) y Lenín Moreno (2017). Cinco llegaron accidentalmente: el Vicepresidente Oswaldo Hurtado sucedió a Roldós, muerto en una tragedia aérea el 24 de mayo de 1981; la Vicepresidenta Rosalía Arteaga sucedió por días a Bucaram, derrocado; Fabián Alarcón sucedió a Arteaga, por decisión del Congreso; el Vicepresidente Gustavo Noboa sucedió a Jamil Mahuad, derrocado el 21 de enero de 2000; el Vicepresidente Alfredo Palacio sucedió a Lucio Gutiérrez, derrocado en abril de 2005.

En total, 14 mandatarios desde 1979. El binomio Abdalá Bucaram-Rosalía Arteaga tuvo un paso efímero y casi anecdótico por el poder. Él gobernó desde el 10 de agosto de 1996 al 6 de febrero de 1997, y ella le sucedió por dos o tres días. El pasado mes se colocó su retrato en la galería de Presidentes, en el Palacio de Carondelet.

En Azuay ocuparon treinta y cinco personas la Gobernación desde 1979: 4 con Roldós-Hurtado; 3 con Febres Cordero; 2 con Borja; 2 con Durán Ballén; 2 con Bucaram; 5 con Fabián Alarcón; 1 con Mahuad; 3 con Noboa; 3 con Lucio; 3 con Palacio; 6 con Correa; El actual Gobernador en funciones proviene del gobierno anterior. Es anecdótico en el gobierno de Bucaram el caso de un gobernador nombrado en vísperas del feriado de carnaval de 1996 y al parecer no llegó a ocupar el despacho, pues el mandatario cayó después de carnaval. Rosalía Arteaga –primera mujer Presidenta de la República- no tuvo tiempo para nombrar su Gobernador del Azuay en su fugaz paso por Carondelet.

El feriado bancario y la dolarización, en el gobierno del demócrata cristiano Jamil Mahuad, son episodios de graves repercusiones económicas en las cuatro décadas, contra los ecuatorianos, dando origen a que el gobernante fuera depuesto, acusado y sentenciado por peculado, por lo que aún está prófugo en los Estados Unidos.

El candidato presidencial Jaime Hurtado, del MPD, en una gira promocional en Cuenca, acompañado de los dirigentes provinciales Jorge Villavicencio y Rubén Darío Soliz. Hurtado fue asesinado cuando en 1996 era diputado.

Bucaram fue también acusado y sentenciado por manejos económicos fraudulentos. Su destitución fue aprobada por el Congreso acusándolo de incapacidad mental para gobernar. Él también estuvo prófugo y retornó desde Panamá hace poco más de un año, luego que prescribiera la sentencia judicial en su contra.

La corrupción ha sido una tónica predominante en la administración del país en las cuatro décadas –como a lo largo de la historia nacional-, pero alcanzó los más altos niveles en la década del Presidente Rafael Correa, del Movimiento PAIS. Su Vicepresidente Jorge Glass y varios de sus altos colaboradores están en prisión, prófugos o bajo investigaciones en proceso, de las que no está libre el propio ex mandatario.

A cuarenta años del proceso de retorno constitucional, los partidos y movimientos políticos de entonces mayoritariamente han caído en deterioro o extinción y de ellos apenas quedan fantasmales recuerdos en las nuevas generaciones: Concentración de Fuerzas Populares, Partido Conservador, Partido Liberal, Frente Amplio de Izquierda, Frente Radical Alfarista, Movimiento Popular Democrático, Democracia Popular, Partido Demócrata, Movimiento Popular Democrático, Partido Unidad Republicana, Izquierda Democrática, Partido Comunista Marxista Leninista… Suerte similar han corrido los líderes de cada uno de ellos.

No pocos dirigentes o militantes de aquellas organizaciones han alternado en su trayectoria política en uno u otro partido o movimiento, reciclándose según las posibilidades de usufructo de poderes locales o nacionales merced al transfugio electoral –los camisetazos-, que seguramente volverán pronto, en las campañas del calendario electoral de 2019. Pero seguramente asomarán también nuevos movimientos y partidos y también caras nuevas.

Del Partido Nacionalista Revolucionario, de Carlos Julio Arosemena, ya nada queda. De los candidatos de la foto el único sobreviviente es Jorge Vintimilla Urgilés.

 

 

 

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