El Cajas, una zona desconocida por la mayor parte de los ecuatorianos, acaba de recibir milagrosamente una extraordinaria promoción turística, a raíz de que la Virgen María había escogido un rincón paradisíaco de sus parajes para manifestarse a los humanos.

Rompiendo la tradicional monotonía propia de las temporadas de vacaciones escolares, los cuencanos presenciaron incrédulos, dubitativos o convencidos las peregrinaciones que se realizaron el 28 de agosto y el 7 de septiembre hasta el lugar, con la participación de miles de personas que llegaron para observar como la joven Patricia Tálbot Borrero, en estado de trance, hacía contacto con la Madre de Dios.

El pueblo de Cuenca nunca dio mayor crédito a las apariciones de El Cajas, pero fue tan grande la publicidad en torno al supuesto acontecimiento, que de rebote, el entusiasmo proveniente de otras regiones del país, particularmente de la costa, acabó por contagiar a los habitantes de la católica y tranquila capital azuaya.
 
Las apariciones dieron lugar a expresiones de antiguo fanatismo, al punto que hubo peregrinos que afirmaron haber visto danzar el sol en el espacio mientras la medium estaba en contacto con María. Gráficas difundidas a través de los medios de comunicación mostraron a personas vueltas la cara al cielo, arriesgando sus ojos ante la luz solar, para observar al astro rey en sus desplazamientos cósmicos extraños a las leyes naturales. También hubo quienes vieron que las nubes se organizaban en formaciones especiales, con raros colores, mientras en medio de ellas aparecía la figura de la Virgen María, de Jesucristo o la Cruz en la que fue inmolado hace dos mil años.

La peregrinación del 7 de septiembre constituyó un acontecimiento espectacular por la cantidad de público que se desplazó hasta El Cajas y las peripecias que muchos debieron sufrir para llegar hasta el Jardín de la Virgen. Por falta de organización en el transporte, el frío de la madrugada y por la expectación propia del evento, hubo escenas increíbles de curiosidad, religiosidad, fanatismo y novelería.

Gentes provenientes de provincias costaneras del país no se arredraron por el rigor del frío ni las dificultades de la caminata y fue común observar a padres cargados a sus hijos paralíticos, hijos llevando en andas a mayores postrados, lisiados moviéndose penosamente con sus muletas o ancianos arriesgando su vida en semejante aventura, atraídos por la esperanza de que se cumplan los milagros curativos ofrecidos por los organizadores.

Transcurrida la romería, en la que participaron no menos de cincuenta mil personas, hubo más defraudación que convicción religiosa. Con excepción de personas vinculadas con los promotores de la peregrinación, que insistieron en la autenticidad de la presencia de María a través de la medium, la reacción generalizada fue de escepticismo y hasta de adversidad por lo que se calificó como un engaño. La Virgen había anunciado por voz de Patricia que volvería a El Cajas durante los próximos seis meses, cada primer sábado, renunciando a una temporada más larga de apariciones por la ingratitud de los cuencanos que no respondieron como ella aspiraba a sus convocatorias sobrenaturales.

¿Cuánto es verdad y cuánto farsa en lo de las apariciones de El Cajas? La respuesta es difícil para un pueblo católico que a través de siglos ha tenido sus convicciones religiosas sin necesidad de milagros y que, de pronto, está ante un hecho que le desconcierta. Las autoridades religiosas, en principio con pronunciamientos recelosos, contribuyeron a aumentar la incertidumbre, pero al fin se expresaron francamente contrarias a la veracidad de los milagros. El obispo de Cuenca explicó lo absurdo de atribuir cualidades sobrenaturales a una programación humana a través de la cual se imponía a la Virgen el sitio de la cita y el horario para su comparecencia.

Patricia Tálbot Borrero, una joven de 17 años, irá en octubre al sexto curso del colegio católico Rosa de Jesús Cordero. Señorita con inquietudes propias de la juventud moderna, que había hecho modelaje en espectáculos en el país y el exterior, exhibiendo sus encantos femeninos, es la protagonista principal del dramático episodio que conmovió al país en las últimas semanas: es la medium de la Virgen María.

De acuerdo a lo que se conoce de su trayectoria "sobrenatural" por boca de Gastón Ramírez Salcedo -dirigente de las peregrinaciones que a su vez hace de medium, pues resulta imposible dialogar directamente con ella- , el 28 de agosto del año anterior ocurrió el primer contacto con la Virgen María. Patricia soñó que la Madre de Dios se presentó ante ella: una mujer hermosa, de tez blanca con los ojos y el pelo color de miel; vestía blusa roja, falda blanca y túnica celeste. Los pies llevaba descalzos.

Cuando despertó, Patricia miró un intenso resplandor en su habitación y advirtió que no fue un sueño lo que había experimentado, sino que la propia Virgen María estuvo con ella. Nerviosa y maravillada, fue a despertar a su madre y rezó con ella hasta el amanecer.

Días después viajó a México para participar en un desfile de modas y en ese país volvió a sentir la presencia de la Virgen. Fue una presencia de carne y hueso y por varias oportunidades.Luego prosiguieron otros contactos tanto en México como cuando retornó al Ecuador. Alguna vez inclusive fue Cristo el que se le apareció para darle mensajes que debían conocer los hombres.

En junio de 1989 la Virgen señaló a Patricia el sitio en el que iban a ser sus posteriores contactos con ella: El Cajas, un paraje frío, montañoso, de belleza telúrica, en cuyos alrededores hay más de 200 lagunas.

Con su madre y con Gastón Ramírez -que ya estaba de presidente de la Misión- la joven identificó fácilmente el sitio en el que María decidió hacer sus apariciones. El 28 de agosto fue allá con seis mil acompañantes y, en trance, difundió por los altavoces el mensaje de María, que le anunció que la próxima visita sería el siete de septiembre, fecha en la que una concurrencia diez veces mayor acudió hasta el sitio para escuchar otro mensaje. La nueva comparecencia sería el siete de octubre.

Según Ramírez Salcedo la joven escogida por la Virgen es una persona normal que hace todo lo que corresponde a las jóvenes de su edad. Uno de los dirigentes de la peregrinación a El Cajas, Víctor Kronfle, manifestó que ella asiste sin variación a cuanto asistía antes de que se le presentara la Virgen e inclusive tiene su novio. En lo profundo del alma, sin embargo, se han operado cambios, pues es una mujer sumamente religiosa como nunca antes lo había sido.

Gastón Ramírez es presidente de la Asociación de fieles de la Misión Virgen María Guardiana de la Fe, organización que pretende legalizar ante la iglesia los milagros en los que está involucrada Patricia Tálbot.

Católico, arquitecto de profesión, activo político, se desempeñó en el gobierno del presidente León Febres Cordero como Director Nacional de Correos y antes fue candidato a la alcaldía de Cuenca por el partido Social Cristiano. Hombre orquesta de las peregrinaciones, ha dado un local suyo para sesionar con las personas que le acompañan en la organización de los actos.

En la parte baja del Centro Comercial y Religioso Ramírez un amplio espacio sirve como sala de oración y se observa a personas que se persignan al entrar en ella. En la planta alta, entre escritorios, mesas de dibujo y otros enseres propios de su profesión, hay más de un retrato del ex-presidente Febres Cordero, lo que muestra que el mismo sitio habría servido antes para reuniones políticas.

El personaje está convencido absolutamente del prodigio sobrenatural del que es protagonista Patricia. Concejal en funciones, al término de su gestión se desafiliará para dedicarse por entero a su devoción. El 7 de septiembre se lo vio, con un megáfono en una mano, tratando de resolver todos los problemas que se presentaban durante la multitudinaria peregrinación.

El atolladero de vehículos obligó a la vidente y a sus principales acompañantes a caminar 15 kilómetros para llegar hasta El Jardín de la Virgen. Entonces se le oyó a Ramírez anunciar al público: "La Virgen María ha querido que esta procesión se prolongue y vamos a empezar desde este sitio. La Virgen ha querido así y la obedeceremos. Que Dios les bendiga".

Lizardo Guevara vive en Cajas desde hace más de 40 años. Ni su rostro curtido por el frío y el sol ni sus ágiles movimientos de campesino trabajador demuestran los 75 años de edad que carga encima. Es propietario del predio al que han impuesto el nombre Jardín de la Virgen y de 30 hectáreas adyacentes.

Guevara no está contento con el "cuento de las apariciones". El paraje tranquilo en el que hizo familia de ocho hijos, ha visto romperse bruscamente la paz y hasta teme que personas fanáticas atenten contra sus propiedades o su persona. "Aquí viví toda mi vida y nunca vi nada raro", pues para él y los conocedores de la zona no es extraño que el sol aparezca y desaparezca con intervalos rápidos de aguacero. La altura del páramo, con vientos veloces, moviliza siempre las nubes y no resulta inusual que el sol, de trasfondo, parezca deslizarse vertiginosamente o que las nubes adquieran tonalidades cromáticas que son un milagro para quienes nunca han ido a ese sitio.

En mayo el campesino vio al arquitecto Ramírez y a otras personas explorando su predio, lo que no le llamó la atención, pues dada la exótica geografía siempre hay curiosos extraños que recorren esos campos. "Pero ocurre que el arquitecto se animó a llegar a mi domicilio para proponerme que le regalara un pedazo de tierra próximo a una gran piedra a la cabecera del pequeño valle rodeado de colinas. Quiso convencerme aduciendo que al morir no se lleva nada y ya estamos en edadcita...".

La negativa del campesino fue inflexible: miró todo el largo pasado durante el cual trabajó e hizo hijos en la zona y no podía desprenderse, a la vejez, de una parte de su propia vida. Entonces vino otra propuesta: que le vendiera el terreno.

Pasaron los días y siguió merodeando el arquitecto por el sector, para preguntarle sobre su decisión. Le habló de que necesitaba levantar una capilla porque algo grande iba a pasar en ese sitio escogido por la Virgen. Ante la insistencia pidió que le pagara 120 millones de sucres y el arquitecto quedó a pensar.

Cada vez iba más gente al lugar y alguna ocasión se quiso construir un galpón con cubierta de zinc, pero los fuertes vientos derribaron los materiales y se desistió del proyecto, aduciendo que el "mal vecino la había derribado". Poco a poco vio crecer el interés por el milagro de El Cajas: "En principio la Virgen se aparecía al otro lado de la piedra, cerca de mi casa, pero cuando yo reclamé al arquitecto por ello, pidiéndole que al menos la gente se concentre del otro lado de la gran piedra, entonces la Virgen también se cambió de lado", dice Guevara con descreída sonrisa mientras no oculta sus convicciones: "Soy católico, pero no creo en estas apariciones ni necesito ver nada para seguir siendo creyente".

Después de la peregrinación de septiembre Guevara quedó contrariado por la cantidad de desperdicios en su propiedad que siempre estuvo verde y limpia: desechos plásticos, papeles, cáscaras de frutas y todo lo demás, destruyendo sacrílegamente la milenaria paz del bello paraje. "Si insisten y vuelven a repetirse estas concentraciones, no me quedará más remedio que vender la propiedad, pero en contra de mi voluntad y si me pagan lo que cuesta", dice mostrando las dos casas suyas, una nueva junto a la carretera asfaltada y otra vetusta, junto a la carretera antigua.

Guevara, oriundo de Sayausí, fue a vivir en El Cajas cuando el lugar era tan remoto de Cuenca -ni se soñaba con la carretera-, que con frecuencia los paseantes o los pasajeros por el antiguo camino a la costa desaparecieron en esa zona y el único que los encontraba, vivos o muertos, era él. El salvó a muchos pescadores y amantes de la naturaleza que se perdieron y es persona popular identificada con la zona, de la que forma parte como sus árboles de quinoa, sus lagunas y sus cerros.

La peregrinación de septiembre, contrariamente a lo que esperaron sus organizadores, contribuyó a incrementar el escepticismo y la desconfianza del público en torno a la veracidad de las apariciones. La sensación de un engaño imperdonable se veía en el rostro de muchos que concurrieron a la penosa romería.

Las dudas sobre el valor religioso del acontecimiento multitudinario aumentaron por la profusa venta de casetes magnetofónicos con los supuestos mensajes de la Virgen, estampas y rosarios que ignorantemente la gente los lleva como amuletos, a más de publicaciones negociadas con fines de lucro gracias a la explotación de un acto supuestamente religioso.

Los mensajes de la Virgen María revelan el intento por volver a un pasado religioso superado mucho tiempo atrás por la iglesia católica: hay advertencias de castigos contra quienes no rezan el rosario, no van a misa, no hacen penitencia ni practican el ayuno y la abstinencia; recomiendan el uso de agua y velas benditas en los domicilios, práctica que a estas alturas de la civilización cae en el campo de la superstición repudiada por la iglesia.

Los mensajes, por añadidura, están cargados de errores de coordinación gramatical y lógica. El contenido es confuso, ambiguo y mal redactado:un dialecto español de la Virgen confunde los sonidos de la S y la C, que no los diferencia la pronunciación americana. La Madre de Dios comete demasiados errores ortográficos para dar credibilidad a sus mensajes.

Pero las peregrinaciones continuarán, pues en el hermoso paraje ha nacido un centro de devoción con gran futuro en tiempos de carestías económicas, crisis humanas y desesperanzas.

 
Septiembre de 1989

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